Con un volumen de negocio estimado para 2030 que rondará el billón de dólares, el Metaverso sigue caminando hacia su consolidación como un nuevo soporte publicitario y escaparate de anunciantes: sólo en 2022, la USPTO (oficina norteamericana de marcas y patentes) recibió más de 5.300 solicitudes para extender la protección de sus marcas en este nuevo ecosistema virtual.
Por eso no es de extrañar que en la industria audiovisual también hayamos empezado a trabajar en las posibilidades de la Web 3.0, que favorece una experiencia de marca inmersiva genuina. Por ejemplo, el año pasado Netflix realizó su primera acción promocional en el metaverso para el largometraje ‘El Agente Invisible’ (‘The Gray Man’ en su título original): los jugadores/fans debían escapar de una réplica en 3D del laberinto de la película, ayudados por intervenciones en vídeo de su protagonista Ryan Gosling.
Ya en 2009, en AdM fuimos pioneros trabajando con entornos virtuales: colaboramos con la cadena Antena 3, del grupo Atresmedia Televisión, en un desarrollo transmedia para la serie ‘Física o Química’, en el que diseñamos una ciberréplica del instituto (que fue bautizado como Ciberzurbarán) y avatares de los personajes protagonistas, cuyas acciones en ese metaverso se entrelazaban con las tramas principales en el “mundo real” de la ficción. Esta fue la primera vez en Europa que una cadena de televisión apostó por ese nuevo formato.
Aunque es una realidad en pleno proceso de creación y desarrollo (según algunas voces expertas aún le queda algo así como una década para terminar de configurarse), lo cierto es que el Metaverso despierta un alto interés desde el punto de vista de los anunciantes. De la mano de otras tecnologías de vanguardia, como las criptomonedas o NFT, planeta múltiples oportunidades para la integración de marcas y contenidos que sólo estamos empezando a imaginar.
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